lunes, 23 de abril de 2012


La Diabetes, es una enfermedad, crónica y silenciosa, de la cual se tiene documentada su existencia desde hace muchos años, en unos papiros, del año 1500 A.C.,  encontrados en Tebas, en el año 1862, en los que se mencionaban una serie de síntomas y signos que confirmaban la existencia de esta enfermedad en la época de los Faraones.

Una de las complicaciones de la diabétes, sin duda, es el Pie Diabético, que en un número considerable de estos pacientes crónicos, se observan lesiones en sus pies, caracterizadas por trastornos tróficos, relacionados con la isquemia de los tejidos, con los  producidos por la neuropatía o las alteraciones ortopédicas; estos trastornos, pueden ser individuales o estar asociados entre si. Este complejo clínico, configura una entidad denominada: Pie Diabético.

El Pie Diabético puede ser prevenido en un alto porcentaje, siempre y cuando el paciente diabético siga las indicaciones, de su médico, su nutricionista y el podólogo; surgen como pilares de estas indicaciones, el control diario de su glucemia, la medicación, la dieta, el ejercicio, el mirar diariamente sus pies, el leer y llevar a la práctica:

El Podólogo, capacitado en la atención del pie diabético, ha sido incorporado en el  equipo multidisciplinario de atención primaria y secundaria del pie diabético, según “El Consenso Del Mercosur De Pautas De Prevención Y Tratamiento Del Pie Diabético”. El tratamiento podológico, va desde seguir, las indicaciones médicas para el tratamiento de las ulceras y otras dolencias y la confección de plantillas, hasta la eliminación de durezas (hiperqueratosis), callos (helomas), corte de uñas y tratamiento de las mismas, como así también la confección de ortesis de siliconas, para descargar zonas de hiperpresión o proteger lugares de roce o como prótesis, para reemplazar partes anatómicas ausentes  y la aplicación de ortesis de geles polímeros, para todas aquellas patologías que necesiten un separador , una descarga o simplemente para lograr una amortiguación de la zona afectada y en los casos en que las patologías sean irreversibles y que necesiten aliviar las álgias y roces del pie con el calzado y/o proteger las zonas erosionadas.

                                                      Jorge Lopez
                                                     Tec. Podologo

 

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